Según la OMS, la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.

Esta definición muestra claramente que la salud no es solamente algo físico. Ya en 1948 se incluía la parte psicológica y social en el concepto de salud. Cuando se refiere a salud no podemos ignorar que existen muchos más factores como la dimensión mental y laboral. La prevención de riesgos laborales también hace parte de la salud. Cuando queremos afirmar que alguien es sano debemos tener en cuenta lo físico, la salud mental, lo emocional, lo social, las condiciones de trabajo y otros factores. Aun así, esta definición, desde mi punto de vista, está incompleta porque no hace mención a la dimensión espiritual.

Historia del concepto de Salud para la OMS.

La OMS, hace años era una institución respetable. Hoy en día, debido a conflictos de intereses (económicos y políticos) y, principalmente, por necesidad de financiamiento privado está puesta en entredicho. Antiguamente, se tomaban decisiones por consenso mundial teniendo en cuenta al mayor número posible de participantes interesados en la salud del ser humano. A esos tiempos me gustaría referirme.

La definición de 1948[1] (OMS, 1948) está “desactualizada” porque han añadido la dimensión espiritual al concepto de salud. En los años 80 se redacta un informe que señala la dimensión espiritual como uno de los componentes de la salud integral[2] (OMS, 1983). Al año siguiente, hace suyas las ideas del consejo y recomienda que se tome nota de ese hecho[3] (OMS, 1984).

En el punto 5 (OMS, 1983), se expone que el ser humano al preguntarse a sí mismo sobre el origen del universo y de la vida ha dado lugar a diferentes religiones y conceptos morales y filosóficos. Esta dimensión espiritual incluye en el punto 7 de la página 2 todas las “ideologías filosóficas, religiosas, morales y políticas han ejercido una influencia profunda en el bienestar material, mental y social de los distintos pueblos.” (OMS, 1983).

Sesgos cognitivos.

El problema que se le presenta a nuestra cultura occidental (posible sesgo cognitivo) es que creemos que todo tiene una explicación científica y muchas veces se cierra a la evidencia de que “alguien” o “algo” haya intervenido en el diseño de la vida como la conocemos en el planeta Tierra. En el resto del planeta hay montones de culturas que creen que existen otros dioses aparte del “dios ciencia”. En numerosas ocasiones se toma una actitud prepotente de superioridad intelectual rebajando a inferiores los que aun creen en religiones. Occidente tiene este mismo sesgo cuando trata de implantar su concepto de democracia y libertad en el resto del planeta. Repetidamente se ha visto el fracaso de esta imposición cultural. Nadie está exento de caer en preconceptos, estereotipos, prejuicios y sesgos, y yo, tampoco, por supuesto.

Alma y espíritu, ¿son la misma cosa?

Tradicionalmente, Platón, lo dividía en dos. El mundo de las ideas y el mundo de las cosas. Ese modelo llega hasta nosotros hoy en día. A mí me gusta otra teoría, la de separar en tres dimensiones, siguiendo el ejemplo de Saulo de Tarso [4] (de Tarso, (50-51): cuerpo, alma y espíritu.

Esa también es la opinión del conocido y reputado psiquiatra cristiano Pablo Martínez Vila, donde en sus artículos y escritos relaciona esa integralidad del ser humano en tres dimensiones con la definición de la OMS sobre salud:

“Para los hebreos, el shalom es una paz completa, que afecta a toda la persona, mente, cuerpo y espíritu (en realidad, la OMS –Organización Mundial de la Salud– se ha inspirado en el concepto bíblico hebreo de paz para su definición salud). Pues bien, dice Pablo, esta paz es de Dios, viene de él, y su resultado cardinal es que nos mantiene «guardados» –cobijados- en Cristo Jesús. La paz de Dios no es tanto un sentimiento como una posición existencial. Hay una relación inseparable entre la paz de Dios y el Dios de paz.” [5]

E insiste: “El concepto hebreo (shalom) es muy rico: denota un estado de serenidad, de bienestar interior, de armonía. El concepto moderno de salud (OMS) se acerca mucho a la idea bíblica de paz, probablemente está inspirada en ella.”[6]

Pregúntate, ¿qué es la paz? ¿Ausencia de guerras y problemas? El psiquiatra, estudiando el concepto Shalom, afirma que la paz no es solo un sentimiento. Tampoco es solo una realidad objetiva que mi mente entiende. Es algo mucho más profundo, una posición existencial. No podemos ignorar que las culturas orientales son muy diferentes a las occidentales a la hora de definir conceptos. Esa misma realidad se da al intentar diferenciar alma y espíritu. Los textos que fueron escritos bajo la influencia de la cultura del Medio Oriente pueden chocar con nuestra mentalidad griega, muchas veces demasiado racionalista.

La diferencia entre las tres dimensiones.

Cuerpo, alma y espíritu. ¿Por qué no solo cuerpo y alma, al estilo platónico? Vayamos por partes. No es posible separar al ser humano en tres partes, no. Quiero ser claro. Intentemos separar conceptos e intentar definir cada palabra para que sea lo más claro posible. Al hacer esta diferenciación en diferentes dimensiones, me refiero a las funciones de cada una de estas partes. Quizá lo explico mejor con el cuerpo humano. (Quizá lo lio más y encima ofendo a los médicos). Un órgano tiene una forma (morfología), dentro de una estructura (anatomía), cumple una función (fisiología) para que su respectivo sistema supla una necesidad del ser. El riñón, con forma de habichuela gigante, está compuesto de nefronas para que filtre la sangre del sistema circulatorio. Otro ejemplo, los ojos tienen la función de percibir la luz; las papilas gustativas, de diferenciar los sabores; el oído, captar las diferentes vibraciones que componen el sonido. Estos tres sentidos (claramente forman parte del cuerpo físico) cada uno tiene una función principal y específica y cumplen con la necesidad de proveer información a nuestro cerebro.

Todos preferimos beber agua por la boca y no por la nariz. ¿Ya te entró agua por la nariz alguna vez en la piscina? Existe un diseño especial de cada parte de nuestro cuerpo con un funcionamiento creado para satisfacer necesidades específicas.

El diseño

Un ejemplo de diseño. Una silla. ¿Para qué fue creada? Su diseñador pensó en una estructura donde apoyar las nalgas para que aquel que se sienta, pueda descansar. Diseño específico con una función definida para suplir una necesidad. ¿Podría la silla ser usada como escalera para cambiar la bombilla en lugar de ser usada como asiento? Claro que sí pero no es su diseño original. ¡Si su creador ve que usan su silla con ese propósito se podría escandalizar!

Yo sé que sé

¿Dónde quiero llegar? Hay necesidades específicas que nuestra mente no puede suplir, su funcionamiento no fue diseñado para dar respuesta a ciertas necesidades. ¿Cómo responde el ser humano a preguntas sobre el origen del universo y de la vida? La religión, la ciencia y la teología te dan conceptos intelectuales, que están en tu mente. A veces, tus emociones y sentimientos acompañan a la información que está en tu mente. Sin embargo, hay muchas ocasiones en que tu conciencia o tu intuición te dicen que tiene que haber algo más, que algo no cuadra. Sabes que sabes que hay algo más. No lo puedes definir, pero algo dentro de ti le confirma a tu mente que te falta algo. Como no nos gusta “no entender esas cosas” decidimos endurecernos, racionalizar todo y negar lo que nuestro ser más profundo (espíritu) intenta comunicar. Yo soy de la idea de que una mente finita (función del alma) no consigue abarcar en plenitud conceptos infinitos. Ahí entra el espíritu con sus funciones para satisfacer necesidades espirituales y respuestas a preguntas muy profundas. Así alguien lo diseñó. A través de la intuición, de la conciencia y de la comunión (funciones del espíritu) puedo “percibir cosas” que escapan a mi mente o emociones. ¿Hay vida después de la muerte? Los creyentes “sabemos” que sí pero no lo podemos explicar en términos mentales o con las emociones porque pertenecen a otra dimensión.

Religión y espiritualidad

Hoy está de moda lo espiritual porque existe un vacío que la religión tradicional no ha llenado. Hay una necesidad espiritual que nuestra alma no consigue suplir. Muchos confunden religión y espiritualidad porque los dos tratan de conceptos similares. He conocido a mucha gente que se reconoce creyente, pero su creencia se limita a conocimientos teológicos y a sentimientos. Tienen creencias y algunos hasta practican determinados rituales y ceremonias y experimentan cierta paz pasajera en su alma, pero en el fondo de su ser saben que algo más tiene que haber. Ese algo más es lo que puede ser desarrollado por la espiritualidad. Me alimento y hago ejercicio para desarrollar mi cuerpo, estudio para crezca mi mente, me relaciono con otros y mis emociones y sentimientos maduran, tomo decisiones y dejo de ser un crío. Hasta ahí, bien, pero, ¿cómo hago para alcanzar madurez en mi espíritu? Como no es fácil y la religión no da respuestas claras, dejo que se atrofie e impido que mi espíritu se queje acallando esas preguntas incómodas que a veces llegan a mi mente. Eso me recuerda a los efectos de la poliomielitis. Los miembros pueden estar ahí, pero están paralizados y atrofiados.

Desarrollar la dimensión espiritual

El cuidado de la dimensión espiritual puede favorecer la motivación diaria, la paz interior y el poder discernir lo que realmente nos llena y da sentido a la vida. Atender al espíritu ayuda a cuidar el alma. El cuerpo se ve claramente afectado para bien si hay equilibrio. Cada día hay más alergias y el cáncer abunda. ¿Oíste hablar de las enfermedades psicosomáticas? ¿Cómo enfrentamos los conflictos? Hay muchas personas desarrollando sus espíritus y trayendo más equilibrio a todo su ser. Cuando cuido mis valores y principios frente a vientos y mareas y me mantengo firme, mi espíritu se fortalece. ¿Cómo alimento mi espíritu?

Enfoque holístico

Hoy en día lo llaman enfoque holístico de la salud. Si ignoro una parte de mi ser, el equilibrio y la salud integral estará puesta en causa. Un último ejemplo: un motor de cuatro cilindros puede funcionar con solo tres bujías. No es el funcionamiento idóneo, el que fue diseñado, pero funciona. Hay mucho más consumo, desgaste de piezas de manera anormal y averías futuras más o menos graves, pero funciona. Lo más sabio es no esperar la avería e ir al taller al primer síntoma. Así le puede ocurrir al ser humano, vive son solo con dos dimensiones, pero con el tiempo comienza a dar averías, en el cuerpo o en el alma. Por eso yo creo que la OMS decidió añadir la dimensión espiritual al concepto integral de salud.