Mediadores

Mediadores y la Inteligencia Artificial

¿Podrán los robots substituirnos como Mediadores Interculturales? No lo sé yo…

Es verdad que la vida nos ha cambiado con la aparición del Covid-19. Los confinamientos y restricciones en los aforos nos impiden tener reuniones como estábamos acostumbrados. Sin embargo, pero no nos impide mantener vínculos afectivos a través de reuniones virtuales donde no hay distancias ni barreras territoriales o culturales. Las máquinas nunca podrán reemplazar la calidez humana, o ¿sí?

Las diferencias culturales nos humanizan. Necesitamos conservar buenos hábitos de compañerismo para evitar el aislamiento emocional y las dificultades que se generan por la ausencia de amigos o relaciones interpersonales.

Parece más práctico hablar con un ordenador, pero nuestro día a día lo compartimos rodeados de seres humanos.

La voz como instrumento de comunicación.

Cada vez nos adaptamos más a la idea del uso de la Inteligencia Artificial (AI). Desde Kitt, la voz del “Coche Fantástico”, hasta Siri, Alexa, Cortana, Assistant, entre otros, ya suenan de manera casi familiar.

Todos hemos tenido experiencias buenas y malas con ellas. Por ejemplo, cuando tenemos que gestionar una llamada para pedir una “Cita previa” o al intentar conversar con la voz que te responde cuando llamas al Banco o a tu operador telefónico y te piden tus datos o te preguntan:

“¿Cuál es el motivo de su llamada?”

Los ordenadores y móviles modernos tienen la capacidad de reconocimiento de voz. También convierten un mensaje de voz en texto, pero no consiguen (de momento) diferenciar el acento de un andaluz y el de un murciano, por poner un ejemplo, dentro de la diversidad cultural que tenemos en España. Es posible que los robots tengan conocimiento de refranes y dichos culturales, pero no sabrían identificar la ironía en el lenguaje de humor nacional o el sarcasmo político (al menos, por ahora).

Diferencias de género.

En pasados estudios realizados por la Universidad de Stamford para generar comodidad en la conversación de un humano con un ordenador descubrieron que la Homofilia tiene un papel determinante ya que nos sentimos más cómodos con alguien similar a nosotros. De allí la aparición de la voz asociada al género femenino cuando se trata de guía y conversación afectiva. La voz femenina suele estar relacionada con la maternidad, el cuidado y el entendimiento emocional. En Europa, sólo Alemania se opuso a la voz femenina en sus GPS. Esto sucedió a finales de 1.990, ya que muchos hombres rechazaron rotundamente ser dirigidos en sus coches germanos por una mujer. Así fue como lo afirma Clifford Nass, profesor de la Universidad de Stanford y autor de The Man Who Lied to His Laptop: What Machines Teach Us About Human Relationships (El hombre que mentía a su laptop: Lo que las máquinas nos enseñan sobre las relaciones humanas).  En la actualidad eso sonaría a broma, siendo Alemania gobernada desde hace 15 años por la Canciller Ángela Merkel.

Por otro lado, la voz masculina está asociada a dar dirección, infunde autoridad, como en los casos de robots de seguridad o fuerza como observamos en las primeras películas de “Terminator”.  Para romper con estereotipos de género ha sido diseñado un nuevo modelo de voz neutral llamado “Q”, que no tiene género,  creando así un ambiente de inclusión social.

Nada reemplaza las relaciones interpersonales.

Los algoritmos de Inteligencia Emocional instalados a las voces de asistentes informáticos han dado un aire más humano y con respuestas llenas de empatía, como por ejemplo:

“¿Cómo ha sido tu día?”

“Te noto cansado”

«Admiro lo especial que eres”

Estas frases han creado vínculos afectivos y ya hay casos en varios países de personas que mantienen relaciones sentimentales con su ordenador. Por ejemplo, el matrimonio del japonés Akihiko Kondo quien contrajo nupcias con una asistente virtual, representado a través de un holograma.  La televisión americana también publicó en la serie “The Big Ban Theory”, el comportamiento del físico Raj cuando se enamoró obsesivamente de “Siri”. Otro ejemplo lo encontramos en la película de ficción “Her” donde el protagonista se enamora de una asistente virtual de inteligencia artificial personificada a través de una voz femenina que termina rompiéndole en pedazos su corazón.

Según las proyecciones se espera que para el 2023 la industria de la asistencia por voz crezca un 35% y que sea mucho más común que hoy el uso de la tecnología. Esto nos deja un gran desafío, el de continuar invirtiendo en las relaciones interpersonales. Un café con amigos puede ahorrarnos dinero en medicinas. Los amigos suelen ser un buen remedio y en los momentos difíciles la experiencia de vida de otros nos puede ayudar mucho. Disfrutemos de la tecnología, sí, pero sin olvidar que somos seres sociales y por ello necesitamos los unos de los otros.

 

 

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